sábado, fevereiro 15, 2014

O padre-guerrilheiro Camilo Torres Restrepo morreu há 48 anos

Camilo Torres Restrepo (Bogotá, 3 de febrero de 1929 - Patio Cemento, Santander, 15 de febrero de 1966) fue un sacerdote católico colombiano, pionero de la Teología de la Liberación, cofundador de la primera facultad de Sociología de Colombia y miembro del grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN). Durante su vida, promovió el diálogo entre el marxismo y el catolicismo. Fue ordenado sacerdote hacia 1954 luego de estudiar ciencias eclesiásticas en la arquidiócesis de Bogotá.

(...)

Torres murió el 15 de febrero de 1966 en Patio Cemento, tras combates con tropas de la Quinta Brigada de Bucaramanga, dirigida por el coronel Álvaro Valencia Tovar. El ejército ocultó el cadáver en un estratégico lugar separado de las demás fosas comunes y el lugar no fue revelado al público.
Años después, Valencia Tovar, ya retirado como general, escribió el libro El final de Camilo, en el que esclareció detalles de la muerte de Camilo Torres. Según Valencia Tovar, Torres fue sepultado en un sitio detallado, y prepararon los trámites para entregarle los restos a la familia. Sobre el destino del cadáver fue enterado su hermano mayor, el médico Fernando Torres Restrepo, que vivía en Estados Unidos.
Además, el propio general Álvaro Valencia Tovar reveló en una entrevista a la revista Semana que el cadáver de Camilo Torres fue exhumado tres años después de su entierro, sus restos fueron puestos en una urna y transportados a Bucaramanga, donde por gestiones del propio general, se creó el panteón militar de la Quinta Brigada del Ejército, y, como lo revela el general, los primeros restos en ocupar un lugar en ese panteón fueron los de Camilo Torres, aunque no se ha revelado su localización exacta.



Cruz de luz (o Camilo Torres)


Donde cayó Camilo
nació una cruz,
pero no de madera
sino de luz.

Lo mataron cuando iba
por su fusil,
Camilo Torres muere
para vivir.

Cuentan que tras la bala
se oyó una voz.
Era Dios que gritaba:
¡Revolución!

A revisar la sotana,
mi general,
que en la guerrilla cabe
un sacristán.

Lo clavaron con balas
en una cruz,
lo llamaron bandido
como a Jesús.

Y cuando ellos bajaron
por su fusil,
se encontraron que el pueblo
tiene cien mil.

Cien mil Camilos prontos
a combatir,
Camilo Torres muere
para vivir.


Daniel Viglietti

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