Gala Eluard Dalí (7 de septiembre de 1894, Kazán - 10 de junio de 1982, Portlligat) fue musa de varios artistas y la mujer de Salvador Dalí. Su nombre de nacimiento fue Elena Dimitrievna Diakonova.
Nació en una familia de intelectuales de Kazán (Rusia) y vivió durante un breve período de tiempo en Pokrovskoie. En 1913 fue internada, por culpa de la tuberculosis, en un sanatorio de Clavadel (Suiza). Tenía 19 años y, durante aquella época, conoció al que sería su primer marido: Paul Éluard, con el que tiempo después se trasladó a París y con el que tuvo una hija llamada Cécile. Fue iniciada en el surrealismo por Salvador Dalí y fue musa de Louis Aragon, Marx Ernst o André Breton, el ideólogo del surrealismo que más tarde la despreció.
El matrimonio viajó, junto a unos amigos, a Cadaqués (Gerona) y conocieron a Dalí. A pesar de que él era once años menor que ella, ambos se enamoraron e iniciaron una polémica relación. Se casaron en 1932 y, poco después, ella fue sometida a una histerectomía. Después de la operación, Dalí y Gala volvieron a casarse. Esta vez por el rito católico en el Santuario de los ángeles (Gerona). Fue la musa de Dalí, quién solía decir que ella fue «la única que lo salvó de la locura y de una muerte temprana». Más allá de su genialidad, Dalí era un hombre problemático, inseguro y desorganizado y fue Gala quien actuó como su agente e intermediaria entre el genio y el mundo real. Al dedicarse a dichos menesteres, la mujer hirió muchas sensibilidades y fue acusada de materialista. Tuvo también numerosas relaciones extramatrimoniales, a las que Dalí nunca se opuso. Tal vez porque estaba fascinado por el morbo del candaulismo, una parafilia similar al voyeurismo. Fue una mecenas para jóvenes artistas y en sus últimos años hacía regalos caros a quien se asociaba con ella. Ganó para sí misma la posición más elevada en el panteón de Dalí. Es con frecuencia el objeto del trabajo pictórico de Dalí: en su obra, Gala adopta distintos roles, como el de virgen cristiana en la pintura La Virgen de Port Lligat. Las numerosas pinturas que hizo Dalí de ella muestran el profundo amor que le profesaba. Algunas de éstas son ejemplos sobresalientes de la representación de modelos femeninos de mediana edad en la pintura occidental.
Murió en Port Lligat en 1982 y fue trasladada al castillo de Púbol (Bajo Ampurdán), que Dalí había comprado para ella con la intención de ser embalsamada y enterrada en una de las dos criptas que preparó durante las obras de restauración. Ambas criptas fueron deliberadamente construidas una junto a la otra. Allí se trasladó el genio para pasar sus últimos años de vida y no separarse de su musa, deseando ocupar la cripta vacía al lado de Gala, algo que finalmente no ocurrió.
La Madonna de Port Lligat
in Wikipédia
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