Nació en una familia de intelectuales de Kazán (
Rusia) y vivió durante un breve período de tiempo en
Pokrovskoie. En
1913 fue internada, por culpa de la
tuberculosis, en un sanatorio de Clavadel (
Suiza). Tenía 19 años y, durante aquella época, conoció al que sería su primer marido:
Paul Éluard, con el que tiempo después se trasladó a
París y con el que tuvo una hija llamada Cécile. Fue iniciada en el
surrealismo por
Salvador Dalí y fue
musa de
Louis Aragon, Marx Ernst o
André Breton, el ideólogo del surrealismo que más tarde la despreció.
El matrimonio viajó, junto a unos amigos, a
Cadaqués (
Gerona) y conocieron a
Dalí. A pesar de que él era once años menor que ella, ambos se enamoraron e iniciaron una polémica relación. Se casaron en
1932 y, poco después, ella fue sometida a una
histerectomía. Después de la operación, Dalí y Gala volvieron a casarse. Esta vez por el rito católico en el Santuario de los Ángeles (
Gerona). Fue la musa de Dalí, quién solía decir que ella fue «
la única que lo salvó de la locura y de una muerte temprana». Más allá de su genialidad, Dalí era un hombre problemático, inseguro y desorganizado y fue Gala quien actuó como su
agente
e intermediaria entre el genio y el mundo real. Al dedicarse a dichos
menesteres, la mujer hirió muchas sensibilidades y fue acusada de
materialista. Tuvo también numerosas relaciones extramatrimoniales, a
las que Dalí nunca se opuso. Tal vez porque estaba fascinado por el
morbo del
candaulismo, una
parafilia similar al
voyeurismo. Fue una
mecenas
para jóvenes artistas y en sus últimos años hacía regalos caros a
quien se asociaba con ella. Ganó para sí misma la posición más elevada
en el panteón de Dalí. Es con frecuencia el objeto del trabajo
pictórico de Dalí: en su obra, Gala adopta distintos roles, como el de
virgen cristiana en la pintura
La Virgen de Port Lligat.
Las numerosas pinturas que hizo Dalí de ella muestran el profundo amor
que le profesaba. Algunas de éstas son ejemplos sobresalientes de la
representación de modelos femeninos de mediana edad en la pintura
occidental.
Murió en
Port Lligat en
1982 y fue trasladada al
castillo de Púbol (
Bajo Ampurdán),
que Dalí había comprado para ella con la intención de ser embalsamada y
enterrada en una de las dos criptas que preparó durante las obras de
restauración. Ambas criptas fueron deliberadamente construidas una junto
a la otra. Allí se trasladó el genio para pasar sus últimos años de
vida y no separarse de su musa, deseando ocupar la cripta vacía al lado
de Gala, algo que finalmente no ocurrió.