quinta-feira, setembro 16, 2010

Víctor Jara foi assassinado há 37 anos

Víctor Lidio Jara Martínez (Lonquén, 28 de Setembro de 1932Santiago, 16 de Setembro de 1973) foi um professor, director de teatro, poeta, cantor, compositor, músico e activista político chileno.

Nascido numa família de camponeses, Jara se tornou um reconhecido director de teatro, dedicando-se ao desenvolvimento da arte no país, dirigindo uma vasta gama de obras locais, assim como clássicos da cena mundial. Simultaneamente, desenvolveu uma carreira no campo da música, desempenhando um papel central entre os artistas neo-folclóricos que estabeleceram o movimento da Nueva Canción Chilena, que gerou uma revolução na música popular de seu país durante o governo de Salvador Allende. Também era professor, tendo leccionado Jornalismo na Universidade do Chile.

Logo após o golpe militar de 11 de Setembro de 1973, Jara foi preso, torturado e fuzilado. Seu corpo foi abandonado na rua de uma favela de Santiago.

Aqui fica o poema que Victór Jara escreveu antes de ser assassinado e que os colegas preservaram:

Somos cinco mil
en esta pequeña parte de la ciudad
Somos cinco mil
¿Cuántos seremos en total
en las ciudades y en todo el país?
Sólo aquí, diez mil manos que siembran
y hacen andar las fábricas.

¡Cuánta humanidad
con hambre, frío, pánico, dolor,
presión moral, terror y locura!

Seis de los nuestros se perdieron
en el espacio de las estrellas.

Un muerto, un golpeado como jamás creí
se podría golpear a un ser humano.
Los otros cuatro quisieron quitarse todos los temores
uno saltando al vacío,
otro golpeándose la cabeza contra el muro,
pero todos con la mirada fija de la muerte.

¡Qué espanto causa el rostro del fascismo!
Llevan a cabo sus planes con precisión artera
sin importarles nada.
La sangre para ellos son medallas.
La matanza es acto de heroísmo.
¿Es éste el mundo que creaste, Dios mío?
¿Para esto tus siete días de asombro y de trabajo?
En estas cuatro murallas sólo existe un número
que no progresa,
que lentamente querrá más la muerte.

Pero de pronto me golpea la conciencia
y veo esta marea sin latido,
pero con el pulso de las máquinas
y los militares mostrando su rostro de matrona
lleno de dulzura.

¿Y México, Cuba y el mundo?
¡Que griten esta ignominia!
Somos diez mil manos menos
que no producen.
¿Cuántos somos en toda la Patria?
La sangre del compañero Presidente
golpea más fuerte que bombas y metrallas.
Así golpeará nuestro puño nuevamente.

¡Canto que mal me sales
cuando tengo que cantar espanto!
Espanto como el que vivo
como el que muero, espanto.
De verme entre tanto y tantos
momento del infinito
en que el silencio y el grito
son las metas de este canto.
Lo que veo nunca vi,
lo que he sentido y lo que siento
hará brotar el momento...

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