Gabriela Mistral, pseudónimo escolhido de Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga (Vicuña, 7 de abril de 1889 - Nova Iorque, 10 de janeiro de 1957), foi uma poetisa, educadora, diplomata e feminista chilena.
Foi agraciada com o Nobel de Literatura de 1945.
Os temas centrais nos seus poemas são o amor, o amor de mãe, memórias
pessoais dolorosas e mágoa e recuperação. Lucíla nasceu na cidade de
Vicuña, Chile, em 7 de abril de 1889. O seu pai abandonou a família
quando Lucíla completou três anos de idade. A mãe de Lucila faleceu no
ano de 1929 e a escritora dedicou-lhe a primeira parte de seu livro Tala, a que chamou: Muerte de mi Madre. Educada em sua cidade natal, começou a trabalhar como professora primária (1904) e ganhou nomeada ao vencer os Juegos Florales de Santiago (1914) com Sonetos de La muerte,
sob o pseudónimo de Gabriela Mistral, cuja escolha foi uma homenagem
aos seus poetas prediletos: o italiano Gabriele D'Annunzio e o
provençal Frédéric Mistral.
Em 1922 é convidada pelo Ministério da Educação do México a trabalhar
nos planos de reforma educacional daquele país. O Prémio Nobel
transformou-a em figura de destaque na literatura internacional e a
levou a viajar por todo o mundo e representar seu país em comissões
culturais das Nações Unidas, até falecer em Hempstead, estado de Nova
Iorque, nos Estados Unidos.
A notoriedade a obrigou a abandonar o ensino para desempenhar diversos
cargos diplomáticos na Europa. Tida como um exemplo de honestidade
moral e intelectual e movida por um profundo sentimento religioso, a
tragédia do suicídio do noivo (1907) marcou toda a sua poesia com um
forte sentimento de carinho maternal, principalmente nos seus poemas em
relação às crianças. Em sua obra aparecem como temas recorrentes: o
amor pelos humildes, um interesse mais amplo por toda a humanidade.
in Wikipédia
Miedo
Yo no quiero que a mi niña
golondrina me la vuelvan;
se hunde volando en el Cielo
y no baja hasta mi estera;
en el alero hace el nido
y mis manos no la peinan.
Yo no quiero que a mi niña
golondrina me la vuelvan.
Yo no quiero que a mi niña
la vayan a hacer princesa.
Con zapatitos de oro
¿cómo juega en las praderas?
Y cuando llegue la noche
a mi lado no se acuesta...
Yo no quiero que a mi niña
la vayan a hacer princesa.
Y menos quiero que un día
me la vayan a hacer reina.
La subirían al trono
a donde mis pies no llegan.
Cuando viniese la noche
yo no podría mecerla...
¡Yo no quiero que a mi niña
me la vayan a hacer reina!
Yo no quiero que a mi niña
golondrina me la vuelvan;
se hunde volando en el Cielo
y no baja hasta mi estera;
en el alero hace el nido
y mis manos no la peinan.
Yo no quiero que a mi niña
golondrina me la vuelvan.
Yo no quiero que a mi niña
la vayan a hacer princesa.
Con zapatitos de oro
¿cómo juega en las praderas?
Y cuando llegue la noche
a mi lado no se acuesta...
Yo no quiero que a mi niña
la vayan a hacer princesa.
Y menos quiero que un día
me la vayan a hacer reina.
La subirían al trono
a donde mis pies no llegan.
Cuando viniese la noche
yo no podría mecerla...
¡Yo no quiero que a mi niña
me la vayan a hacer reina!
Gabriela Mistral
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