El
atentado de Hipercor fue una acción
terrorista perpetrada por
ETA el
19 de junio de
1987, que consistió en la colocación de un potente explosivo en un centro comercial de la empresa
Hipercor ubicado en
Barcelona, que causó la muerte de 21 personas e hirió a 45. La
organización terrorista explicó en un comunicado posterior que había avisado previamente de la colocación de la bomba y que la policía no desalojó el local.
Atentado
Según quedó probado en el juicio, Troitiño realizó tres llamadas de aviso desde una cabina telefónica, dirigidas a la
Guardia Urbana de Barcelona, a la administración del propio establecimiento y al diario
Avui. La información era confusa porque no explicaba que el explosivo estaba en un coche y señalaba la hora de la explosión para las 15:30 horas (dando un margen de entre quince y cinco minutos desde las llamadas), 38 minutos antes de la hora real. La búsqueda fue realizada por el personal de la empresa de seguridad que custodiaba el edificio con ayuda de la Policía y la Guardia Urbana y, al no ser encontrado ningún paquete sospechoso y sobrepasarse la hora señalada para la explosión, la dirección de
Hipercor y las fuerzas policiales no consideraron necesario el desalojo del local. Al ser un viernes a primera hora de la tarde, el local se encontraba atestado de gente realizando sus compras.
A las 16:10 h. actuó el temporizador que activaba los explosivos, ocasionando una enorme explosión que voló por los aires la primera planta del garaje, y provocando un socavón de 5 m de diámetro en el suelo del establecimiento por el que penetró una bola de fuego que abrasó a todas las personas que encontró a su paso. La mezcla explosiva tuvo efectos similares a los del
napalm, pegándose a los cuerpos y elevando la temperatura hasta los 3.000
grados centígrados. Además, los
gases tóxicos producidos, provocaron la
asfixia de otras personas no afectadas por el fuego. Como consecuencia, perecieron 21 personas, y 45 resultaron heridas de diversa consideración. La llegada inmediata de la Policía y los
bomberos atenuó el alcance de la masacre, ya que de no haberse extinguido a tiempo, el incendio habría afectado a otras plantas del supermercado. Entre los fallecidos (la mayoría de los cuales fueron mujeres), algunos de los cuales quedaron completamente carbonizados, se encontraban también varios niños.
La explosión provocó además la destrucción de unos 20 vehículos que se encontraban en el aparcamiento siniestrado, además de daños de diversa consideración en algunos immuebles vecinos, sobre todo balcones y cristales.
Condenas penales
Cuatro miembros de ETA fueron condenados por la
Audiencia Nacional a penas de casi 800 años cada uno en dos juicios celebrados en
1989 y
2003. Estos fueron:
Responsabilidad civil del Estado
Años después se dictaron nuevas sentencias que fueron las primeras en la historia judicial española en reconocer la responsabilidad patrimonial parcial del Estado por un atentado terrorista. El tribunal consideró que la Policía no actuó ni para desalojar el edificio ni para evitar que siguieran entrando personas en él.