O Curso de Geologia de 85/90 da Universidade de Coimbra escolheu o nome de Geopedrados quando participou na Queima das Fitas.
Ficou a designação, ficaram muitas pessoas com e sobre a capa intemporal deste nome, agora com oportunidade de partilhar as suas ideias, informações e materiais sobre Geologia, Paleontologia, Mineralogia, Vulcanologia/Sismologia, Ambiente, Energia, Biologia, Astronomia, Ensino, Fotografia, Humor, Música, Cultura, Coimbra e AAC, para fins de ensino e educação.
Victoria de los Ángeles López García (Barcelona, 1 de noviembre de 1923 – Barcelona, 15 de enero de 2005) fue una soprano española.
(...)
Modelo de la antidiva, huyó de las alharacas inherentes a su profesión. Hay una anécdota que refleja perfectamente el carácter de Victoria y muestra el aprecio que suscitaba allá adonde iba: una vez, la gran Renata Tebaldi tuvo que abandonar el Met e ir a Italia, ya que había muerto su madre. Era Navidad y Rudolf Bing, gerente del teatro neoyorquino, le suplicó que sustituyera a la de Pésaro en La Traviata. Victoria accedió y Bing, agradecido, hizo venir de Viena nada menos que a los Niños Cantores para que le dedicaran unos villancicos, lo que hicieron en medio de la ovación de un público entregado.
Aclamada en el escenario y maltratada por la vida, Victoria de los
Ángeles tuvo que lidiar con tragedias reales que supo asumir y superar
trasladándolas a su expresión vocal. Estuvo casada con Enrique Magriñá, con el que tuvo dos hijos. El mayor falleció unos años antes que ella. El segundo padece el síndrome de Down. Alejada del mundanal ruido por decisión propia, no se volvió a tener noticias de ella hasta el 15 de enero del 2005, cuando, víctima de una bronquitis, se iba para siempre, a los 81 años, una de las más grandes voces del siglo XX.
Victoria de los Ángeles López García (Barcelona, 1 de noviembre de 1923 – Barcelona, 15 de enero de 2005) fue una soprano española.
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Modelo de la antidiva, huyó de las alharacas inherentes a su profesión. Hay una anécdota que refleja perfectamente el carácter de Victoria y muestra el aprecio que suscitaba allá adonde iba: una vez, la gran Renata Tebaldi tuvo que abandonar el Met e ir a Italia, ya que había muerto su madre. Era Navidad y Rudolf Bing, gerente del teatro neoyorquino, le suplicó que sustituyera a la de Pésaro en La Traviata. Victoria accedió y Bing, agradecido, hizo venir de Viena nada menos que a los Niños Cantores para que le dedicaran unos villancicos, lo que hicieron en medio de la ovación de un público entregado.
Aclamada en el escenario y maltratada por la vida, Victoria de los
Ángeles tuvo que lidiar con tragedias reales que supo asumir y superar
trasladándolas a su expresión vocal. Estuvo casada con Enrique Magriñá, con el que tuvo dos hijos. El mayor falleció unos años antes que ella. El segundo padece el síndrome de Down. Alejada del mundanal ruido por decisión propia, no se volvió a tener noticias de ella hasta el 15 de enero del 2005, cuando, víctima de una bronquitis, se iba para siempre, a los 81 años, una de las más grandes voces del siglo XX.
Victoria de los Ángeles López García (Barcelona, 1 de noviembre de 1923 – Barcelona, 15 de enero de 2005) fue una soprano española.
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Modelo de la antidiva, huyó de las alharacas inherentes a su profesión. Hay una anécdota que refleja perfectamente el carácter de Victoria y muestra el aprecio que suscitaba allá adonde iba: una vez, la gran Renata Tebaldi tuvo que abandonar el Met e ir a Italia, ya que había muerto su madre. Era Navidad y Rudolf Bing, gerente del teatro neoyorquino, le suplicó que sustituyera a la de Pésaro en La Traviata. Victoria accedió y Bing, agradecido, hizo venir de Viena nada menos que a los Niños Cantores para que le dedicaran unos villancicos, lo que hicieron en medio de la ovación de un público entregado.
Aclamada en el escenario y maltratada por la vida, Victoria de los
Ángeles tuvo que lidiar con tragedias reales que supo asumir y superar
trasladándolas a su expresión vocal. Estuvo casada con Enrique Magriñá, con el que tuvo dos hijos. El mayor falleció unos años antes que ella. El segundo padece el síndrome de Down. Alejada del mundanal ruido por decisión propia, no se volvió a tener noticias de ella hasta el 15 de enero del 2005, cuando, víctima de una bronquitis, se iba para siempre, a los 81 años, una de las más grandes voces del siglo XX.
Victoria de los Ángeles López García (Barcelona, 1 de noviembre de 1923 – Barcelona, 15 de enero de 2005) fue una soprano española.
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Modelo de la antidiva, huyó de las alharacas inherentes a su profesión. Hay una anécdota que refleja perfectamente el carácter de Victoria y muestra el aprecio que suscitaba allá adonde iba: una vez, la gran Renata Tebaldi tuvo que abandonar el Met e ir a Italia, ya que había muerto su madre. Era Navidad y Rudolf Bing, gerente del teatro neoyorquino, le suplicó que sustituyera a la de Pésaro en La Traviata. Victoria accedió y Bing, agradecido, hizo venir de Viena nada menos que a los Niños Cantores para que le dedicaran unos villancicos, lo que hicieron en medio de la ovación de un público entregado.
Aclamada en el escenario y maltratada por la vida, Victoria de los
Ángeles tuvo que lidiar con tragedias reales que supo asumir y superar
trasladándolas a su expresión vocal. Estuvo casada con Enrique Magriñá, con el que tuvo dos hijos. El mayor falleció unos años antes que ella. El segundo padece el síndrome de Down. Alejada del mundanal ruido por decisión propia, no se volvió a tener noticias de ella hasta el 15 de enero del 2005, cuando, víctima de una bronquitis, se iba para siempre, a los 81 años, una de las más grandes voces del siglo XX.
Victoria de los Ángeles López García (Barcelona, 1 de noviembre de 1923 – Barcelona, 15 de enero de 2005) fue una soprano española.
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Modelo de la antidiva, huyó de las alharacas inherentes a su profesión. Hay una anécdota que refleja perfectamente el carácter de Victoria y muestra el aprecio que suscitaba allá adonde iba: una vez, la gran Renata Tebaldi tuvo que abandonar el Met e ir a Italia, ya que había muerto su madre. Era Navidad y Rudolf Bing, gerente del teatro neoyorquino, le suplicó que sustituyera a la de Pésaro en La Traviata. Victoria accedió y Bing, agradecido, hizo venir de Viena nada menos que a los Niños Cantores para que le dedicaran unos villancicos, lo que hicieron en medio de la ovación de un público entregado.
Aclamada en el escenario y maltratada por la vida, Victoria de los
Ángeles tuvo que lidiar con tragedias reales que supo asumir y superar
trasladándolas a su expresión vocal. Estuvo casada con Enrique Magriñá, con el que tuvo dos hijos. El mayor falleció unos años antes que ella. El segundo padece el síndrome de Down. Alejada del mundanal ruido por decisión propia, no se volvió a tener noticias de ella hasta el 15 de enero del 2005, cuando, víctima de una bronquitis, se iba para siempre, a los 81 años, una de las más grandes voces del siglo XX.
Victoria de los Ángeles López García (Barcelona, 1 de noviembre de 1923 – 15 de enero de 2005) fue una soprano española.
Biografía
Victoria de los Ángeles era hija de un bedel de la Universidad de Barcelona. Su nombre completo era Victoria de los Ángeles López García. Victoria de los Ángeles siempre reconoció su origen humilde. Descubrió su vocación musical muy joven, y ganó diversos concursos de canto internacionales, en especial el festival de Ginebra.
En 1945 hizo su debut profesional con el papel de la Condesa en Las bodas de Fígaro, de Mozart. Después ganó el primer premio en el concurso internacional de Ginebra de 1947. En 1948, interpretó en LondresLa vida breve, de Manuel de Falla, acompañada por la orquesta de la BBC.
Actuó por vez primera en los Estados Unidos en octubre de 1950 con un recital en el Carnegie Hall. En marzo del año siguiente, hizo lo mismo en el Metropolitan Opera de Nueva York y cantó regularmente con esa compañía hasta 1961. En sólo tres años y sólo siete después de su debut, ya había cantando en los teatros más importantes del mundo.
Fue la primera cantante española en actuar en el Festival de Bayreuth (1961 y 1962). Interpretó el papel de Elisabeth, de Tannhäuser, a las órdenes del nieto de Richard Wagner, que quedó tan impresionado con su actuación que volvió a invitarla al año siguiente.
Recitalista
Desde finales de los 60, Victoria de los Ángeles se dedicó principalmente a su carrera como concertista. Es muy destacable la atención y la especial sintonía que siempre dedicó al lied, en el que brilló con luz propia, para asombro de los alemanes. A pesar de ello, siguió realizando algunas apariciones en la ópera (Carmen y Pelléas et Mélisande): su despedida de la ópera fue en el Teatro de la Zarzuela de Madrid en 1980, precisamente con el papel de Mélisande. Dio su último recital en 1996, a los 72 años.
Preciosa voz de soprano lírica (o lírica spinto, como ella misma se consideraba), poseedora de un timbre inconfundible, supeditó siempre el lucimiento personal a las exigencias y el espíritu de la partitura. Los críticos coinciden en afirmar que la voz de Victoria es una de las más exquisitas y delicadas que haya dado el siglo XX. Sin poseer la belleza tímbrica de Tebaldi ni la fuerza dramática de Callas, era un compendio de una y otra. Siempre se señaló que sus agudos eran algo tirantes y metálicos, algo que tenía como contraprestación la posibilidad de cantar papeles de mezzosoprano, como Carmen o la Rosina de (El Barbero de Sevilla). Fue sin duda una de las más grandes artistas que ha dado la ópera.
Premios y grabaciones
Realizó gran número de grabaciones, siendo muchas de ellas auténticas referencias todavía hoy día: Manon, La Bohème, Madama Butterfly, Fausto, Carmen, Werther, Pelléas et Mélisande, Les nuits d'eté. Su discografía es tan abundante como magnífica, fundamentalmente la de la década de los 50. Basta con mirar no sólo los títulos de ópera sino también sus compañeros de grabación:
Modelo de la antidiva, huyó de las alharacas inherentes a su profesión. Hay una anécdota que refleja perfectamente el carácter de Victoria y muestra el aprecio que suscitaba allá adonde iba: una vez, la gran Renata Tebaldi tuvo que abandonar el Met e ir a Italia, ya que había muerto su madre. Era Navidad y Rudolf Bing, gerente del teatro neoyorquino, le suplicó que sustituyera a la de Pésaro en La Traviata. Victoria accedió y Bing, agradecido, hizo venir de Viena nada menos que a los Niños Cantores para que le dedicaran unos villancicos, lo que hicieron en medio de la ovación de un público entregado.
Aclamada en el escenario y maltratada por la vida, Victoria de los Ángeles tuvo que lidiar con tragedias reales que supo asumir y superar trasladándolas a su expresión vocal. Estuvo casada con Enrique Magriñá, con el que tuvo dos hijos. El mayor falleció unos años antes que ella. El segundo padece el síndrome de Down. Alejada del mundanal ruido por decisión propia, no se volvió a tener noticias de ella hasta el 15 de enero del 2005, cuando, víctima de una bronquitis, se iba para siempre, a los 81 años, una de las más grandes voces del siglo XX.
Victoria de los Ángeles López García (Barcelona, 1 de noviembre de 1923 – 15 de enero de 2005) fue una soprano española.
Biografía
Victoria de los Ángeles era hija de un bedel de la Universidad de Barcelona. Su nombre completo era Victoria de los Ángeles López García. Victoria de los Ángeles siempre reconoció su origen humilde. Descubrió su vocación musical muy joven, y ganó diversos concursos de canto internacionales, en especial el festival de Ginebra.
En 1945 hizo su debut profesional con el papel de la Condesa en Las bodas de Fígaro, de Mozart. Después ganó el primer premio en el concurso internacional de Ginebra de 1947. En 1948, interpretó en LondresLa vida breve, de Manuel de Falla, acompañada por la orquesta de la BBC.
Actuó por vez primera en los Estados Unidos en octubre de 1950 con un recital en el Carnegie Hall. En marzo del año siguiente, hizo lo mismo en el Metropolitan Opera de Nueva York y cantó regularmente con esa compañía hasta 1961. En sólo tres años y sólo siete después de su debut, ya había cantando en los teatros más importantes del mundo.
Fue la primera cantante española en actuar en el Festival de Bayreuth (1961 y 1962). Interpretó el papel de Elisabeth, de Tannhäuser, a las órdenes del nieto de Richard Wagner, que quedó tan impresionado con su actuación que volvió a invitarla al año siguiente.
Recitalista
Desde finales de los 60, Victoria de los Ángeles se dedicó principalmente a su carrera como concertista. Es muy destacable la atención y la especial sintonía que siempre dedicó al lied, en el que brilló con luz propia, para asombro de los alemanes. A pesar de ello, siguió realizando algunas apariciones en la ópera (Carmen y Pelléas et Mélisande): su despedida de la ópera fue en el Teatro de la Zarzuela de Madrid en 1980, precisamente con el papel de Mélisande. Dio su último recital en 1996, a los 72 años.
Preciosa voz de soprano lírica (o lírica spinto, como ella misma se consideraba), poseedora de un timbre inconfundible, supeditó siempre el lucimiento personal a las exigencias y el espíritu de la partitura. Los críticos coinciden en afirmar que la voz de Victoria es una de las más exquisitas y delicadas que haya dado el siglo XX. Sin poseer la belleza tímbrica de Tebaldi ni la fuerza dramática de Callas, era un compendio de una y otra. Siempre se señaló que sus agudos eran algo tirantes y metálicos, algo que tenía como contraprestación la posibilidad de cantar papeles de mezzosoprano, como Carmen o la Rosina de (El Barbero de Sevilla). Fue sin duda una de las más grandes artistas que ha dado la ópera.
Premios y grabaciones
Realizó gran número de grabaciones, siendo muchas de ellas auténticas referencias todavía hoy día: Manon, La Bohème, Madama Butterfly, Fausto, Carmen, Werther, Pelléas et Mélisande, Les nuits d'eté. Su discografía es tan abundante como magnífica, fundamentalmente la de la década de los 50. Basta con mirar no sólo los títulos de ópera sino también sus compañeros de grabación:
Modelo de la antidiva, huyó de las alharacas inherentes a su profesión. Hay una anécdota que refleja perfectamente el carácter de Victoria y muestra el aprecio que suscitaba allá adonde iba: una vez, la gran Renata Tebaldi tuvo que abandonar el Met e ir a Italia, ya que había muerto su madre. Era Navidad y Rudolf Bing, gerente del teatro neoyorquino, le suplicó que sustituyera a la de Pésaro en La Traviata. Victoria accedió y Bing, agradecido, hizo venir de Viena nada menos que a los Niños Cantores para que le dedicaran unos villancicos, lo que hicieron en medio de la ovación de un público entregado.
Aclamada en el escenario y maltratada por la vida, Victoria de los Ángeles tuvo que lidiar con tragedias reales que supo asumir y superar trasladándolas a su expresión vocal. Estuvo casada con Enrique Magriñá, con el que tuvo dos hijos. El mayor falleció unos años antes que ella. El segundo padece el síndrome de Down. Alejada del mundanal ruido por decisión propia, no se volvió a tener noticias de ella hasta el 15 de enero del 2005, cuando, víctima de una bronquitis, se iba para siempre, a los 81 años, una de las más grandes voces del siglo XX.