Carlos Gardel (Tacuarembó ou Toulouse, 11 de dezembro de 1890 - Medellín, 24 de junho de 1935) foi o mais famoso dos cantores de tango argentino, país ao qual chegou aos dois anos de idade.
Seu lugar de nascimento constitui uma questão controversa. Alguns sustentam que Gardel teria nascido no interior do Uruguai no departamento de Tacuarembó baseando-se em alguns documentos e matérias jornalísticas de época. seria filho do líder político local Carlos Escayola e de Maria Lelia Oliva, que tinha 13 anos. Outros dizem que Gardel teria nascido na cidade francesa de Toulouse como Charles Romuald Gardès, filho de pai ignorado e de Berthe Gardès (1865-1943). Gardel era esquivo sobre o tema e quando indagado dizia: "Nasci em Buenos Aires aos dois anos e meio de idade".
Cantor e ator celebrado em toda a América Latina pela divulgação do tango. Inicia-se como cantor ainda jovem com o nome artístico de El Morocho, apresentando-se em cafés dos subúrbios da capital argentina. Sua primeira interpretação formal se dá no Teatro Nacional de Corrientes, no qual também se apresenta Don José Razzano, com quem forma uma parceria por vários anos. Pela sensualidade de sua voz, que se presta muito bem à interpretação da milonga – género precursor do tango – torna-se conhecido a partir de "Mi noche triste" 1917.
in Wikipédia
Carlos Gardel - No te engañes corazon
Tango, 1926
Letra y Música: Rodolfo Sciammarella
No te dejes engañar, corazón,
por su querer, por su mentir.
No te vayas a olvidar
que es mujer y que, al nacer,
del engaño hizo un sentir.
Miente al llorar, miente al reir,
miente al sufrir y a al amar.
Miente al jurar falsa pasión,
no te engañes, corazón.
Me apena verte con ella del brazo,
si a mí me dio el esquinazo,
a vos qué no te dará.
Oíme, yo que soy tu amigo viejo
quiero darte un buen consejo,
lárgala y te convendrá.
Acaso te llore y se desespere
y te diga que te quiere,
viejo ardid de la mujer.
No creas que a vos sólo ha de quererte,
si juró que hasta la muerte,
solo mía había de ser.
No te dejes engañar, corazón,
por su querer, por su mentir.
No te vayas a olvidar
que fue mía y que algun día
te podés arrepentir.
Si has de llorar con gran dolor
se ha de burlar de tu amor.
No te olvidés que ella es mujer,
no te dejes convencer.
No creas que es la envidia o el despecho,
por todo el mal que me ha hecho,
que hace que yo te hable así.
Bien sabes que no hay envidia en mi pecho,
que soy un hombre derecho,
que soy como siempre fui.