Guadalupe Grande Aguirre (Madrid, 30 de mayo de 1965 - ibidem, 2 de enero de 2021) fue una poeta, ensayista y crítica española.
Biografía
Licenciada en Antropología Social por la Universidad Complutense de Madrid, era hija de los poetas Francisca Aguirre y Félix Grande y nieta del pintor Lorenzo Aguirre.
Publicó los libros de poesía El libro de Lilit, Premio Rafael Alberti, La llave de niebla, Mapas de cera y Hotel para erizos. Sus poemas figuran en revistas así como en antologías de ámbito nacional e internacional. Junto a Juan Carlos Mestre realizó la selección y traducción de La aldea de sal, antología del poeta brasileño Lêdo Ivo.
Fue invitada a recitar en la I Muestra Iberoamérica de poesía, Manizales (Colombia, 2003), Encuentros Culturales, Pereira (Colombia, 2003), Universidad de Roma La Sapienza (Roma, 2004, 2006), Festival Internacional de Biscra (Argelia, 2005), Festival Internacional de Poesía de Medellín (Colombia, 2006), Festival Internacional de Poesía de Bogotá (2007), Instituto Cervantes (Cracovia, 2007) y Roma (2008) Festival Internacional de Poesía de Sarajevo (2008) e INVERSO 2011 (Festival de poesía independiente de Madrid).
Como crítica literaria colaboró desde 1989 en diversos diarios y revistas culturales, como El Mundo, El Independiente, Cuadernos Hispanoamericanos, El Urogallo, Reseña, etcétera.
En 2008 obtuvo la Beca Valle-Inclán para la creación literaria en la Academia de España en Roma. En el ámbito de la edición y la gestión cultural trabajó en diversas instituciones como los Cursos de Verano de la Universidad Complutense de Madrid, la Casa de América y el Teatro Real. Desde ese año, comenzó a experimentar con la fotografía y el collage.
En sus últimos años, fue responsable de la actividad poética de la Universidad Popular José Hierro, en San Sebastián de los Reyes. Fue muy activa en la cultura de Madrid, y en su barrio de Chamberí hasta su muerte.
Falleció en Madrid el 2 de enero de 2021.
in Wikipédia
Junto a la puerta
La casa está vacía
y el aroma de una rencorosa esperanza
perfuma cada rincón
Quién nos dijo
mientras nos desperezábamos al mundo
que alguna vez hallaríamos
cobijo en este desierto.
Quién nos hizo creer, confiar,
—peor: esperar —,
que tras la puerta, bajo la taza,
en aquel cajón, tras la palabra,
en aquella piel,
nuestra herida sería curada.
Quién escarbó en nuestros corazones
y más tarde no supo qué plantar
y nos dejó este hoyo sin semilla
donde no cabe más que la esperanza.
Quién se acercó después
y nos dijo bajito,
en un instante de avaricia,
que no había rincón donde esperar.
Quién fue tan impiadoso, quién,
que nos abrió este reino sin tazas,
sin puertas ni horas mansas,
sin treguas, sin palabras con que fraguar el mundo.
Está bien, no lloremos más,
la tarde aún cae despacio.
Demos el último paseo
de esta desdichada esperanza.
in El libro de Lilit (1996) - Guadalupe Grande
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