terça-feira, março 02, 2021

Franco mandou executar Salvador Puig Antich há 47 anos

(imagem daqui)
  
Salvador Puig Antich (Barcelona, 30 de mayo de 1948 - Barcelona, 2 de marzo de 1974) fue un anarquista español, activo durante la década de 1960 y comienzos de la de 1970, que murió ejecutado por el régimen franquista tras ser juzgado y condenado a muerte por un tribunal militar, acusado del asesinato en Barcelona del subinspector de la Brigada Político Social, Francisco Anguas Barragán durante un tiroteo que concluyó con la detención de Antich.
   
Familia
Hijo de una familia trabajadora, Salvador era el tercero de seis hermanos. Su padre, Joaquín Puig, había sido militante de Acció Catalana durante la República; exiliado en Francia en el campo de concentración de Argelès-sur-Mer, fue condenado a muerte cuando volvió a España e indultado en el último momento.
    
Juventud
El joven Salvador empezó a estudiar en el colegio religioso La Salle Bonanova hasta que fue expulsado por indisciplina. Después estudió en los Salesianos de Mataró en régimen de internado. A partir de los dieciséis años compaginó el trabajo en una oficina con los estudios nocturnos del Bachillerato en el Instituto Maragall, donde hizo amistad con Javier Garriga y los hermanos Solé Sugranyes (Oriol e Ignacio), todos ellos futuros compañeros del Movimiento Ibérico de Liberación (MIL).
    
Militancia
Los episodios del "Mayo francés" de 1968 y la muerte del estudiante Enrique Ruano en la Dirección General de Seguridad en 1969 fueron decisivos para que Puig Antich decidiera implicarse activamente en la lucha contra la dictadura franquista. Su primera militancia sería en las plataformas de Comisiones Obreras, formando parte de la Comisión de Estudiantes del Instituto Maragall. Ideológicamente, pronto evolucionó hacia posiciones anarquistas, que rechazaban cualquier tipo de dirigismo y jerarquía dentro de las organizaciones políticas y sindicales en la lucha de la clase obrera hacia su emancipación. Tras iniciar estudios universitarios de Ciencias Económicas, hace el servicio militar en Ibiza, donde es destinado a la enfermería del cuartel. Una vez licenciado, se incorpora al Movimiento Ibérico de Liberación (MIL), integrándose en su rama armada, en lucha contra el capitalismo. Los MIL no se consideraron un grupo en la línea del FRAP o ETA. Nunca atentaron contra fuerzas de seguridad ni pusieron bombas.
Puig Antich y sus compañeros se movían con facilidad en el mundo de la lucha clandestina. Puig participa, haciendo de chófer, en las acciones del grupo, que consistían generalmente en atracos a bancos. Los botines se destinaban a financiar las publicaciones clandestinas del grupo. Crearon la revista "CIA" [Conspiración Internacional Anarquista] y la editorial "Mayo 37". También se ofrecieron para ayudar económicamente a huelguistas, pero a éstos les daba miedo recibir un dinero proveniente de los atracos. Viajaban a menudo al sur de Francia, donde se relacionaban con viejos militantes cenetistas.
El 2 de marzo de 1973 un contable de la sucursal del Banco Hispanoamericano de Barcelona resultó herido de gravedad durante un atraco perpetrado por Salvador Puig Antich, Jean Marc Rouillant, José Luis Pons Llobet y Jordi Solé Sugranyes. A partir de entonces la policía creó un grupo especial para desarticular esta banda. La nueva situación creó dudas y contradicciones en el seno del MIL. En agosto de 1973, en una reunión en Francia, la mayoría de sus miembros, descontentos con la trayectoria del grupo, decidieron su disolución. Sin embargo, Puig Antich, los hermanos Solé Sugranyes y José Luis Pons decidieron continuar.
El 15 de septiembre de 1973, en lo que fue el último atraco del MIL, en Bellver de Cerdaña la Guardia Civil detuvo a Oriol Solé y a José Luis Pons, mientras que Jordi Solé consiguió escapar a Francia. Unos días después la policía detuvo a la novia de Pons y a Santi Soler que, al ser interrogado, acabó confesando que tenía una cita el 25 de septiembre con Xavier Garriga en el bar El Funicular. Se preparó un operativo para ese día esperando detener a Garriga. Aunque no se esperaba la presencia de Puig Antich, finalmente los dos anarquistas son abordados. Garriga iba desarmado y no opuso resistencia. Puig se resistía al arresto, por lo que entre los inspectores Bocigas y Santorum y el subinspector Anguas trataron de reducirle con una zancadilla y mediante golpes en la cabeza con la culata de las pistolas. En ese momento le ocuparon una pistola Kommer, calibre 6,35 milímetros, cargada y sin montar. Sin embargo el forcejeo continuó y cinco policías introdujeron a Puig y a Garriga en un portal situado en el número 70 de la calle Girona. En ese momento se escuchó un disparo, que aprovechó Garriga para escapar, aunque fue perseguido por los policías Rodríguez y Algar y atrapado debido a la colaboración ciudadana. Mientras tanto se produjo un tiroteo en el portal donde habían quedado Puig Antich, Bocigas, Anguas y Fernández Santorum, resultando malherido Puig Antich y muerto el subinspector Francisco Anguas Barragán, de 23 años. Según uno de sus compañeros, Puig fue el que disparó contra los policías que le perseguían.
    
Proceso judicial y ejecución
Puig Antich fue encarcelado, acusado de ser el autor de los disparos que causaron la muerte a Anguas Barragán y, posteriormente, juzgado en consejo de guerra y condenado a la pena capital "por la muerte de un funcionario público por razones políticas". Partidos políticos, colectivos de derechos humanos y mandatarios extranjeros, como el Vaticano o el canciller alemán Willy Brandt pidieron su indulto. Los abogados, hermanas y novia de Puig Antich coinciden en afirmar que los partidos y sindicatos tradicionales de oposición no se movilizaron para pedir el perdón del sentenciado y así evitar su muerte o, al menos, buscar postergarla. Salvador pasó su última noche en la celda 443 de la cárcel Modelo de Barcelona, y fue ejecutado mediante garrote vil por el verdugo titular de la Audiencia de Madrid, Antonio López Sierra, en la sala de paquetería de la prisión el 2 de marzo de 1974 a las 9:20 horas de la mañana, certificando su muerte un capitán médico a las 09.40 horas. En muchos países de Europa se organizaron manifestaciones como protesta por la ejecución.
El mismo día, casi simultáneamente y por el mismo método fue ejecutado en Tarragona Georg Michael Welzel (alias Heinz Ches) en lo que se consideró un intento de las autoridades franquistas de distraer la atención respecto a la ejecución de Puig Antich. Puig Antich está enterrado en el Cementerio de Montjuïc.
  
Cine, literatura, teatro, pintura y música
En 1974 mientras Salvador esperaba su ejecución y el mundo se movilizaba para conseguir su indulto, Joan Miró pintó la serie La esperanza del condenado a muerte.
El grupo de teatro Els Joglars produjo en 1977 la obra La torna que trataba sobre la ejecución de Heinz Chez como distracción del caso Puig Antich. Por esa obra el grupo fue sometido a un Consejo de Guerra que generó un fuerte movimiento a favor de la libertad de expresión. Lluís Llach dedicó a su memoria el tema "I si canto trist", que daba título al disco publicado el mismo año 1974. Años más tarde el cantautor participó en la banda sonora de la película Salvador. El también cantautor Joan Isaac compuso en 1976 su tema "A Margalida" en homenaje a Puig Antich y a su compañera. En 2005 Loquillo hizo también una canción dedicada a su memoria en el disco "Mujeres en pie de guerra" llamada "El año que mataron a Salvador".
En 1985, se publicó el primer libro de investigación sobre el tema. "La torna de la torna. Salvador Puig Antich i el MIL", Editorial Empúries, obra del colectivo Carlota Tolosa, integrado por Ramon Barnils, Elisabet Bonshoms, Montse Majench, Xavier Montanyà, Margarida Palomar, Carles Ruiz, Elisabet Sabartés, Rosa Serra, Carles Serrat i Dolors Tubau.
En 2001, el periodista catalán Francesc Escribano escribió el libro Cuenta atrás. La historia de Salvador Puig Antich, en el que cuenta los hechos que llevaron a la ejecución de Puig Antich. En septiembre de 2006, con guion basado en el libro de Escribano, se estrenó la película española Salvador, protagonizada por Daniel Brühl y dirigida por Manuel Huerga. Tanto el libro como la película han recibido fuertes críticas por parte de antiguos militantes del MIL, compañeros de militancia de Salvador, que afirman que ambos vacían de contenido político el personaje de Puig Antich, al tiempo que dignifican falsamente las imágenes de su carcelero, Jesús Irurre, del juez militar que lo condenó y de los miembros de la Brigada Político-Social de la policía franquista.
   

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