domingo, abril 13, 2025

A poetisa Francisca Aguirre morreu há seis anos...

 

  

Francisca Aguirre Benito (Alicante, 27 de octubre de 1930 - Madrid, 13 de abril de 2019),​ también conocida como Paca Aguirre, fue una escritora española, nombrada Hija Predilecta de Alicante en 2012 y Premio Nacional de las Letras Españolas en 2018.

 

Biografía

Francisca Aguirre Benito nació en el seno de una familia de artistas. Se formó de manera autodidacta, aprendiendo de sus padres en la infancia y leyendo incansablemente en su adolescencia. Al finalizar la Guerra Civil, se exilió con su familia a Francia, pero regresaron a partir de la ocupación alemana en 1940. Su padre, el pintor y policía Lorenzo Aguirre, fue detenido, condenado a muerte por la dictadura franquista y ejecutado a garrote vil en 1942.  Con quince años empezó a trabajar de telefonista. En esa época, se refugió más que nunca en la lectura, intentando alejarse de la dura realidad que la rodeaba.

En los años 50 comenzó a frecuentar las tertulias del Ateneo de Madrid y el Café Gijón, donde se relacionó con escritores y poetas como Luis Rosales, Gerardo Diego, Miguel Delibes, Antonio Buero Vallejo... En aquel ambiente literario conoció al poeta Félix Grande con quien se casó en 1963. ​ Según cuenta, su casa era conocida como la "embajada de Argentina y Perú" debido a las visitas de intelectuales que recibían. Vivió la militancia política y el mayo del 68.​ Su hija fue la poeta Guadalupe Grande, heredera de su pasión por la escritura y la literatura.

A partir de 1971, trabajó en el Instituto de Cultura Hispánica, ejerciendo de secretaria de Luis Rosales, hasta su jubilación en 1994.

Falleció en Madrid el 13 de abril de 2019.

 

Trayectoria

Francisca Aguirre empezó a escribir en la adolescencia. Con veinte años ya leía a Pablo Neruda, Miguel Hernández y Vicente Aleixandre. Leyó también algunos poemas de Antonio Machado, Blas de Otero y José Hierro. Cuando llegó a sus manos una traducción del poema de Constantino Kavafis, "Esperando a los bárbaros", fue para ella una revolución. Según manifestó acerca de ese momento, "Quemé las cinco carpetas que tenía con mis anteriores trabajos y empecé con Ítaca". Tardó seis años en finalizar lo que sería su ópera prima, que se publicó en 1972 y por el que recibió el premio de poesía Leopoldo Panero el año anterior. En este poemario dio voz a las mujeres de la posguerra y a las personas silenciadas. El origen de esta obra nació ante la necesidad de contar la "odisea de Penélope", narrando así, en contraste con las vivencias de Ulises, la historia cotidiana de las mujeres como "aventureras del infortunio" que siempre han faltado en la Odisea.

En 1976 publicó el poemario Trescientos escalones, dedicado a su padre y por el que le concedieron el Premio Ciudad de Irún ese mismo año. Dos años después publicó La otra música, completando esta primera etapa de su obra.

Pasaron diecisiete años hasta que volvió a publicar dos libros en prosa, en 1995ː Que planche Rosa Luxemburgo, de narraciones breves y las memorias Espejito, espejito. Posteriormente, Ensayo general (1996) y Pavana del desasosiego (1999) fueron los poemarios que publicó. Finalmente, en el año 2000, publicó Ensayo general. Poesía completa, 1966-2000, donde se recoge toda su obra poética hasta esa fecha. En 2019 se publicó su antología por la editorial Olé Libros de la mano de su hija Guadalupe Grande.

Seis años después, volvió a publicar varios libros de poesíaː La herida absurda (2006) y Nanas para dormir desperdicios (2007). En 2010 obtuvo el Premio Miguel Hernández con su poemario Historia de una anatomía, obra con la que ganó en 2011 el Premio Nacional de Poesía. Ese año publicó Los maestros cantores y en 2012 Conversaciones con mi animal de compañía.

En enero de 2018, la editorial Calambur publicó su obra completa bajo el título Ensayo general. En noviembre de ese mismo año 2018 recibió el Premio Nacional de las Letras. En opinión de su hija Guadalupe Grande, y de ella misma, este premio serviría para reivindicar la herencia de todas esas voces femeninas que fueron quedando de lado. A veces, por doble motivo: por ser mujeres y por estar exiliadas.

El 25 de abril de 2018, en el Teatro Español de Madrid, se estrenó Encendidas, un espectáculo sobre textos de Francisca Aguirre. Un homenaje de su amiga y actriz, Lola López, que firmó la dirección y dramaturgia. Lo volvió a representar del 12 al 14 de abril de 2024, en el Teatro Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa de Madrid. Guadalupe fue creadora de los telones y carteles; la música en directo fue del maestro José María Gallardo del Rey y la voz de Paco del Pozo.

Su poesía ha sido traducida al inglés, francés, italiano, portugués y valenciano. 

 

 in Wikipédia


TESTIGO DE EXCEPCIÓN


Un mar, un mar es lo que necesito.
 Un mar y no otra cosa, no otra cosa.
 Lo demás es pequeño, insuficiente, pobre.
 Un mar, un mar es lo que necesito.
 No una montaña, un río, un cielo.
 No. Nada, nada,
 únicamente un mar.
 Tampoco quiero flores, manos,
 ni un corazón que me consuele.
 No quiero un corazón
 a cambio de otro corazón.
 No quiero que me hablen de amor
 a cambio del amor.
 Yo sólo quiero un mar:
 yo sólo necesito un mar.
 Un agua de distancia,
 un agua que no escape,
 un agua misericordiosa
 en que lavar mi corazón
 y dejarlo a su orilla
 para que sea empujado por sus olas,
 lamido por su lengua de sal
 que cicatriza heridas.
 Un mar, un mar del que ser cómplice.
 Un mar al que contarle todo.
 Un mar, creedme, necesito un mar,
 un mar donde llorar a mares
 y que nadie lo note.
 

Francisca Aguirre



Testemunha de exceção
 

Um mar, um mar é o que eu preciso,
um mar e não outra coisa, não outra coisa.
O resto é pequeno, pobre, mesquinho.
Um mar, um mar é o que eu preciso,
não um monte, um rio, um céu.
Não, nada, nada,
só um mar.
Também não quero flores, nem mãos,
nem coração que me console,
não quero um coração
em troca de coração,
nem que me falem de amor
em troca de amor.
Eu só quero um mar,
só preciso de um mar,
água distante, piedosa,
para lavar o coração
e deixá-lo na beira,
empurrado pelas ondas,
lambido pela língua salgada
que cicatriza as feridas.
Um mar, um mar cúmplice,
para lhe contar tudo.
Um mar, vede, preciso de um mar,
onde possa chorar um mar de lágrimas
sem ninguém reparar.

 

Francisca Aguirre (tradução Albino M.)

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