Mostrar mensagens com a etiqueta anarquia. Mostrar todas as mensagens
Mostrar mensagens com a etiqueta anarquia. Mostrar todas as mensagens

sábado, março 02, 2024

E se canto triste, é para ti, Salvador...

Salvador Puig Antich foi executado, com garrote vil, há cinquenta anos...


Salvador Puig Antich (Barcelona, 30 de mayo de 1948 - Barcelona, 2 de marzo de 1974) fue un anarquista español, activo durante la década de 1960 y comienzos de la de 1970, que murió ejecutado por el régimen franquista tras ser juzgado y condenado a muerte por un tribunal militar, acusado del asesinato en Barcelona del subinspector de la Brigada Político Social, Francisco Anguas Barragán durante un tiroteo que concluyó con la detención de Antich.
   
Familia
Hijo de una familia trabajadora, Salvador era el tercero de seis hermanos. Su padre, Joaquín Puig, había sido militante de Acció Catalana durante la República; exiliado en Francia en el campo de concentración de Argelès-sur-Mer, fue condenado a muerte cuando volvió a España e indultado en el último momento.
    
Juventud
El joven Salvador empezó a estudiar en el colegio religioso La Salle Bonanova hasta que fue expulsado por indisciplina. Después estudió en los Salesianos de Mataró en régimen de internado. A partir de los dieciséis años compaginó el trabajo en una oficina con los estudios nocturnos del Bachillerato en el Instituto Maragall, donde hizo amistad con Javier Garriga y los hermanos Solé Sugranyes (Oriol e Ignacio), todos ellos futuros compañeros del Movimiento Ibérico de Liberación (MIL).
    
Militancia
Los episodios del "Mayo francés" de 1968 y la muerte del estudiante Enrique Ruano en la Dirección General de Seguridad en 1969 fueron decisivos para que Puig Antich decidiera implicarse activamente en la lucha contra la dictadura franquista. Su primera militancia sería en las plataformas de Comisiones Obreras, formando parte de la Comisión de Estudiantes del Instituto Maragall. Ideológicamente, pronto evolucionó hacia posiciones anarquistas, que rechazaban cualquier tipo de dirigismo y jerarquía dentro de las organizaciones políticas y sindicales en la lucha de la clase obrera hacia su emancipación. Tras iniciar estudios universitarios de Ciencias Económicas, hace el servicio militar en Ibiza, donde es destinado a la enfermería del cuartel. Una vez licenciado, se incorpora al Movimiento Ibérico de Liberación (MIL), integrándose en su rama armada, en lucha contra el capitalismo. Los MIL no se consideraron un grupo en la línea del FRAP o ETA. Nunca atentaron contra fuerzas de seguridad ni pusieron bombas.
Puig Antich y sus compañeros se movían con facilidad en el mundo de la lucha clandestina. Puig participa, haciendo de chófer, en las acciones del grupo, que consistían generalmente en atracos a bancos. Los botines se destinaban a financiar las publicaciones clandestinas del grupo. Crearon la revista "CIA" [Conspiración Internacional Anarquista] y la editorial "Mayo 37". También se ofrecieron para ayudar económicamente a huelguistas, pero a éstos les daba miedo recibir un dinero proveniente de los atracos. Viajaban a menudo al sur de Francia, donde se relacionaban con viejos militantes cenetistas.
El 2 de marzo de 1973 un contable de la sucursal del Banco Hispanoamericano de Barcelona resultó herido de gravedad durante un atraco perpetrado por Salvador Puig Antich, Jean Marc Rouillant, José Luis Pons Llobet y Jordi Solé Sugranyes. A partir de entonces la policía creó un grupo especial para desarticular esta banda. La nueva situación creó dudas y contradicciones en el seno del MIL. En agosto de 1973, en una reunión en Francia, la mayoría de sus miembros, descontentos con la trayectoria del grupo, decidieron su disolución. Sin embargo, Puig Antich, los hermanos Solé Sugranyes y José Luis Pons decidieron continuar.
El 15 de septiembre de 1973, en lo que fue el último atraco del MIL, en Bellver de Cerdaña la Guardia Civil detuvo a Oriol Solé y a José Luis Pons, mientras que Jordi Solé consiguió escapar a Francia. Unos días después la policía detuvo a la novia de Pons y a Santi Soler que, al ser interrogado, acabó confesando que tenía una cita el 25 de septiembre con Xavier Garriga en el bar El Funicular. Se preparó un operativo para ese día esperando detener a Garriga. Aunque no se esperaba la presencia de Puig Antich, finalmente los dos anarquistas son abordados. Garriga iba desarmado y no opuso resistencia. Puig se resistía al arresto, por lo que entre los inspectores Bocigas y Santorum y el subinspector Anguas trataron de reducirle con una zancadilla y mediante golpes en la cabeza con la culata de las pistolas. En ese momento le ocuparon una pistola Kommer, calibre 6,35 milímetros, cargada y sin montar. Sin embargo el forcejeo continuó y cinco policías introdujeron a Puig y a Garriga en un portal situado en el número 70 de la calle Girona. En ese momento se escuchó un disparo, que aprovechó Garriga para escapar, aunque fue perseguido por los policías Rodríguez y Algar y atrapado debido a la colaboración ciudadana. Mientras tanto se produjo un tiroteo en el portal donde habían quedado Puig Antich, Bocigas, Anguas y Fernández Santorum, resultando malherido Puig Antich y muerto el subinspector Francisco Anguas Barragán, de 23 años. Según uno de sus compañeros, Puig fue el que disparó contra los policías que le perseguían.
    
Proceso judicial y ejecución
Puig Antich fue encarcelado, acusado de ser el autor de los disparos que causaron la muerte a Anguas Barragán y, posteriormente, juzgado en consejo de guerra y condenado a la pena capital "por la muerte de un funcionario público por razones políticas". Partidos políticos, colectivos de derechos humanos y mandatarios extranjeros, como el Vaticano o el canciller alemán Willy Brandt pidieron su indulto. Los abogados, hermanas y novia de Puig Antich coinciden en afirmar que los partidos y sindicatos tradicionales de oposición no se movilizaron para pedir el perdón del sentenciado y así evitar su muerte o, al menos, buscar postergarla. Salvador pasó su última noche en la celda 443 de la cárcel Modelo de Barcelona, y fue ejecutado mediante garrote vil por el verdugo titular de la Audiencia de Madrid, Antonio López Sierra, en la sala de paquetería de la prisión el 2 de marzo de 1974 a las 9:20 horas de la mañana, certificando su muerte un capitán médico a las 09.40 horas. En muchos países de Europa se organizaron manifestaciones como protesta por la ejecución.
El mismo día, casi simultáneamente y por el mismo método fue ejecutado en Tarragona Georg Michael Welzel (alias Heinz Ches) en lo que se consideró un intento de las autoridades franquistas de distraer la atención respecto a la ejecución de Puig Antich. Puig Antich está enterrado en el Cementerio de Montjuïc.
  
Cine, literatura, teatro, pintura y música
En 1974 mientras Salvador esperaba su ejecución y el mundo se movilizaba para conseguir su indulto, Joan Miró pintó la serie La esperanza del condenado a muerte.
El grupo de teatro Els Joglars produjo en 1977 la obra La torna que trataba sobre la ejecución de Heinz Chez como distracción del caso Puig Antich. Por esa obra el grupo fue sometido a un Consejo de Guerra que generó un fuerte movimiento a favor de la libertad de expresión. Lluís Llach dedicó a su memoria el tema "I si canto trist", que daba título al disco publicado el mismo año 1974. Años más tarde el cantautor participó en la banda sonora de la película Salvador. El también cantautor Joan Isaac compuso en 1976 su tema "A Margalida" en homenaje a Puig Antich y a su compañera. En 2005 Loquillo hizo también una canción dedicada a su memoria en el disco "Mujeres en pie de guerra" llamada "El año que mataron a Salvador".
En 1985, se publicó el primer libro de investigación sobre el tema. "La torna de la torna. Salvador Puig Antich i el MIL", Editorial Empúries, obra del colectivo Carlota Tolosa, integrado por Ramon Barnils, Elisabet Bonshoms, Montse Majench, Xavier Montanyà, Margarida Palomar, Carles Ruiz, Elisabet Sabartés, Rosa Serra, Carles Serrat i Dolors Tubau.
En 2001, el periodista catalán Francesc Escribano escribió el libro Cuenta atrás. La historia de Salvador Puig Antich, en el que cuenta los hechos que llevaron a la ejecución de Puig Antich. En septiembre de 2006, con guion basado en el libro de Escribano, se estrenó la película española Salvador, protagonizada por Daniel Brühl y dirigida por Manuel Huerga. Tanto el libro como la película han recibido fuertes críticas por parte de antiguos militantes del MIL, compañeros de militancia de Salvador, que afirman que ambos vacían de contenido político el personaje de Puig Antich, al tiempo que dignifican falsamente las imágenes de su carcelero, Jesús Irurre, del juez militar que lo condenó y de los miembros de la Brigada Político-Social de la policía franquista.
   

quinta-feira, dezembro 07, 2023

Noam Chomsky faz hoje 95 anos

 
Avram Noam Chomsky
(Filadélfia, 7 de dezembro de 1928) é um linguista, filósofo e ativista político dos Estados Unidos, professor de Linguística no Instituto de Tecnologia de Massachusetts.
O seu nome está associado à criação da gramática ge(ne)rativa transformacional. É também o autor de trabalhos fundamentais sobre as propriedades matemáticas das linguagens formais, sendo o seu nome associado à chamada Hierarquia de Chomsky.
Os seus trabalhos, combinando uma abordagem matemática dos fenómenos da linguagem com uma crítica do behaviorismo, nos quais a linguagem é conceptualizada como uma propriedade inata do cérebro/mente humanos, contribuem decisivamente para a formação da psicologia cognitiva, no domínio das ciências humanas.
Além da sua investigação e ensino no âmbito da linguística, Chomsky é também conhecido pelas suas posições políticas de esquerda e pela sua crítica à política externa dos Estados Unidos. Chomsky descreve-se como um socialista libertário, havendo quem o associe ao anarco-sindicalismo.
O termo chomskiano é habitualmente usado para identificar as suas ideias linguísticas embora o próprio considere que esses tipos de classificações (chomskiano, marxista, freudiano) "não fazem sentido em nenhuma ciência", e que "pertencem à história da religião, enquanto organização".
      

segunda-feira, novembro 13, 2023

Camille Pissarro morreu há cento e vinte anos...

Auto-retrato de Camille Pissarro
    
Jacob Abraham Camille Pissarro (Charlotte Amalie, ilha de São Tomás, Índias Ocidentais Dinamarquesas, hoje Ilhas Virgens Americanas, 10 de julho de 1830 - Paris, 13 de novembro de 1903) foi um pintor francês, co-fundador do impressionismo, e o único que participou nas oito exposições do grupo (1874-1886).
  
O seu pai, Abraham Frederic Gabriel Pissarro, era português cripto-judeu de Bragança, que, no final do século XVIII, quando ainda pequeno, emigrara, com a sua família, para Bordéus, onde na altura existia uma comunidade significativa de judeus portugueses, refugiados da Inquisição. A mãe dele era crioula e tinha o nome Rachel Manzano-Pomie.
Com 11 anos Camille Pissarro foi enviado a Paris para estudar num colégio interno. Voltou para a ilha São Tomás, a fim de tomar conta do negócio da família. Algum tempo depois, a sua paixão pela pintura fê-lo mudar de vida: fez em 1852 amizade com o pintor dinamarquês, Fritz Melbye e a oportunidade de concretizar o seu sonho surgiu com um convite para acompanhar uma expedição do Fritz Melbye, enviado pelo governo das Antilhas Dinamarquesas, para estudar a fauna e a flora da Venezuela, onde passou dois anos.
Pissarro conquistou a sua liberdade aos 23 anos. Em 1855, ele já estava em Paris com ajuda de Anton Melbye, tentando iniciar a sua carreira. O jovem antilhano fascinou-se com as telas de Camille Corot e travou amizade com Paul Cézanne, Claude Monet, Charles-François Daubigny, entre outros pintores impressionistas. Com Monet passou a sair para pintar ao ar livre, em Pontoise e Louvenciennes. Em 1861 casou com Julie Vellay, de quem teve oito filhos.
Faleceu em 13 de novembro de 1903 e foi sepultado no Cemitério do Père-Lachaise, Paris na França.
    

 

Entrée du village de Voisins - 1872
 
La Moisson, 1882  

Aldeia perto de Pontoise, Museu das Belas Artes - Basileia

quinta-feira, outubro 19, 2023

A vergonhosa Noite Sangrenta foi 102 anos...

(imagem daqui)
   
Noite Sangrenta é a designação pela qual ficou conhecida a revolta radical de marinheiros e arsenalistas, que ocorreu em Lisboa a 19 de outubro de 1921, no decurso da qual foram assassinados, entre outros, António Granjo, então presidente do Ministério, Machado Santos e José Carlos da Maia, dois dos históricos da Proclamação da República Portuguesa, o comandante Freitas da Silva, secretário do Ministro da Marinha, e o coronel Botelho de Vasconcelos, antigo apoiante de Sidónio Pais no Arsenal da Marinha.
Na origem da revolta estive a demissão do governo de Liberato Damião Ribeiro Pinto, e a sua condenação a um ano de detenção (confirmada a 10 de setembro de 1921 pelo Conselho Superior de Disciplina do Exército), um conjunto de militares ligados àquela força policial, a que se juntaram militares do Exército e da Armada, se sublevou.
  
  
A infame camioneta (imagem daqui)


19 de outubro de 1921

O 19 de outubro de 1921 foi o fim da 1ª República. Formalmente ela continuou até 28 de maio de 1926. Pelo meio, alguns episódios grotescos de um regime em degenerescência: as governações de António Maria da Silva, o carbonário tornado o chefe todo poderoso do PRP e dos respetivos caciques, diretas ou por interpostos testas de ferro; a eleição de Teixeira Gomes para a Presidência da República, uma manobra de Afonso Costa para tentar regressar ao poder; a renúncia de Teixeira Gomes quando percebeu que nem conseguia o regresso de Afonso Costa, nem passaria de um títere nas mão do odiado chefe do PRP: renunciou e abandonou o país no primeiro barco que zarpou da barra de Lisboa com destino ao estrangeiro.
Entre o assassinato de Sidónio Pais e os massacres de 19 de outubro de 1921, Portugal, teoricamente um regime parlamentar, viveu sob uma ditadura tutelada pelos arruaceiros e rufias dos cafés e tabernas de Lisboa e pela Guarda Nacional Republicana, uma Guarda Pretoriana do regime, bem municiada de artilharia e armamento pesado, concentrada na zona de Lisboa e cujos efetivos passaram de 4.575 homens em 1919 para 14.341 em 1921, chefiados por oficiais «de confiança», com vencimentos superiores aos do exército. A queda do governo de Liberato Pinto, o principal cacique e mentor da GNR, em fevereiro de 1921, colocou as instituições democráticas na mira dos arruaceiros e pretorianos do regime a que se juntaram sindicalistas, anarquistas, efetivos do corpo de marinheiros, etc.. O governo de António Granjo, formado a 30 de agosto, era o alvo.
O nó górdio foi o caso Liberato Pinto, entretanto julgado e condenado em Conselho de Guerra por causa das suas atividades conspirativas. Juntamente com o Mundo, a Imprensa da Manhã, jornal sob a tutela de Liberato Pinto, atacavam diariamente o governo, tentando provar, através de documentos falsos, que o Governo projetava o cerco de Lisboa por forças do Exército, para desarmar a Guarda Nacional Republicana. No Diário de Lisboa apareceram, entretanto, algumas notas relativas ao futuro movimento. Em 18 de agosto, um informador anónimo dizia da futura revolta: «Mot d'ordre: a revolução é a última. Depois, liquidar-se-ão várias pessoas».
O coronel Manuel Maria Coelho era o chefe da conjura. Acompanhavam-no, na Junta, Camilo de Oliveira e Cortês dos Santos, oficiais da G.N.R., e o capitão-de-fragata Procópio de Freitas. O republicanismo histórico do primeiro aliava-se às forças armadas, que seriam o pilar da revolução. Depois de uma primeira tentativa falhada, em que alguns dos seus chefes foram presos e libertados logo a seguir, o movimento de 19 de outubro de 1921 desenrolou-se num dia apenas, entre a manhã e a noite. Três tiros de canhão disparados da Rotunda pela artilharia pesada da GNR tiveram a sua resposta no Vasco da Gama. Passavam à ação as duas grandes forças da revolta. A Guarda concentrou os seus elementos na Rotunda; o Arsenal foi ocupado pelos marinheiros sublevados, que não encontraram qualquer resistência; núcleos de civis armados percorreram a cidade em serviço de vigilância e propaganda. Os edifícios públicos, os centros de comunicações, os postos de comando oficiais caíram rapidamente em poder dos sublevados. Às 09.00 horas, uma multidão de soldados, marinheiros e civis subiu a Avenida para saudar a Junta vitoriosa. Instalado num anexo do hospital militar de Campolide, o seu chefe, o coronel Manuel Maria Coelho, presidia àquela vitória sem luta.
Em face da incapacidade de resistir, às dez da manhã, António Granjo escreveu ao Presidente da República: «Nestes termos, o governo encontra-se sem meios de resistência e defesa em Lisboa. Deponho, por isso, nas mãos de V. Ex.a a sorte do Governo...» António José de Almeida respondeu-lhe, aceitando a demissão: «Julgo cumprir honradamente o meu dever de português e de republicano, declarando a V. Ex.a que, desde este momento, considero finda a missão do seu governo...» Recebida a resposta, António Granjo retirou-se para sua casa. Eram duas da tarde.
O PR recusou-se a ceder aos sublevados. Afiançou que preferiria demitir-se a indigitar um governo imposto pelas armas. Às onze da noite, ainda sem haver solução institucional, Agatão Lança avisou António José de Almeida que algo de grave se estava a passar. Perante tal, conforme descreveu depois o PR, «Corri ao telefone e investi o cidadão Manuel Maria Coelho na Presidência do Ministério, concedendo-lhe os poderes mais amplos e discricionários para que, sob a minha inteira responsabilidade, a ordem fosse, a todo o transe, mantida».
Passando a palavra a Raul Brandão (Vale de Josafat, págs. 106-107), «Depois veio a noite infame. Veio depois a noite e eu tenho a impressão nítida de que a mesma figura de ódio, o mesmo fantasma para o qual todos concorremos, passou nas ruas e apagou todos os candeeiros. Os seres medíocres desapareceram na treva, os bonifrates desapareceram, só ficaram bonecos monstruosos, com aspetos imprevistos de loucura e sonho...».
Sentindo as ameaças que se abatiam sobre ele, António Granjo buscou refúgio na casa de Cunha Leal. Cunha Leal tinha simpatias entre os revoltosos (tinha aliás sido sondado para ser um dos chefes do movimento, mas recusara) e Granjo considerou-se a salvo. Todavia, a denúncia de uma porteira guiou os seus perseguidores que tentaram entrar na casa de Cunha Leal para deter António Granjo. Cunha Leal impediu-os, mas a partir desse momento ficaram sem possibilidades de fuga porque, pouco a pouco, o cerco apertara-se e grupos armados vigiavam a casa. Apelos telefónicos junto de figuras próximas dos chefes da sublevação, que pudessem dar-lhes auxílio, não surtiram efeito.
Perto das nove da noite compareceu um oficial da marinha, conhecido de ambos, que afirmou que levaria Granjo para bordo do Vasco da Gama, um lugar seguro. Cunha Leal vacilou. Granjo mostrou-se disposto a partir. Cunha Leal acompanhou-o, exigindo ao oficial da marinha que desse a palavra de honra de que não seriam separados. Meteram-se na camioneta que afinal não os levaria ao refúgio do Vasco de Gama, mas ao centro da sublevação.
A camioneta chegou ao Terreiro do Paço onde os marinheiros e os soldados da Guarda apuparam e tentaram matar António Granjo. Cunha Leal conseguiu então salvá-lo. A camioneta entrou, por fim, no Arsenal e os dois políticos passaram ao pavilhão dos oficiais. Um grupo rodeou Cunha Leal e separou-o de Granjo, apesar dos seus protestos. Os seus brados levaram a que um dos sublevados disparasse sobre ele, atingindo-o três vezes, um dos tiros, gravemente, no pescoço. Foi conduzido ao posto médico do Arsenal.
Entretanto, vencida a débil resistência de alguns oficiais, marinheiros e soldados da GNR invadiram o quarto onde estava António Granjo e descarregaram as suas armas sobre ele. Caiu crivado. Um corneteiro da Guarda Nacional Republicana cravou-lhe um sabre no ventre. Depois, apoiando o pé no peito do assassinado, puxou a lâmina e gritou: «Venham ver de que cor é o sangue do porco!»
A camioneta continuou a sua marcha sangrenta, agora em busca de Carlos da Maia, o herói republicano do 5 de outubro e ministro de Sidónio Pais. Carlos da Maia inicialmente não percebeu as intenções do grupo de marinheiros armados. Tinha de ir ao Arsenal por ordem da Junta Revolucionária. Na discussão que se seguiu só conseguiu o tempo necessário para se vestir. Então, o cabo Abel Olímpio, o Dente de Ouro, agarrou-o pelo braço e arrastou-o para a camioneta que se dirigiu ao Arsenal. Carlos da Maia apeou-se. Um gesto instintivo de defesa valeu-lhe uma coronhada brutal. Atordoado pelo golpe, vacilou, e um tiro na nuca acabou com a sua vida.
A camioneta, com o Dente de Ouro por chefe, prosseguiu na sua missão macabra. Era seguida por uma moto com sidecar, com repórteres do jornal Imprensa da Manhã. Bem informados como sempre, foram os próprios repórteres que denunciaram: «Rapazes, vocês por aí vão enganados... Se querem prender Machado Santos venham por aqui...». Acometido pela soldadesca, Machado Santos procurou impor a sua autoridade: «Esqueceis que sou vosso superior, que sou Almirante!». Dente de Ouro foi seco: «Acabemos com isto. Vamos». Machado Santos sentou-se junto do motorista, com Abel Olímpio, o Dente de Ouro, a seu lado. Na Avenida Almirante Reis, a camioneta imobiliza-se devido a avaria no motor. Dente de Ouro e os camaradas não perdem tempo. Abatem ali mesmo Machado Santos, o herói da Rotunda.
Não encontraram Pais Gomes, ministro da Marinha. Prenderam o seu secretário, o comandante Freitas da Silva, que caiu, crivado de balas, à porta do Arsenal. O velho coronel Botelho de Vasconcelos, um apoiante de Sidónio, foi igualmente fuzilado. Outros, como Barros Queirós, Cândido Sotomayor, Alfredo da Silva, Fausto Figueiredo, Tamagnini Barbosa, Pinto Bessa, etc., salvaram a vida por acaso.
Os assassinos foram marinheiros e soldados da Guarda. Estavam tão orgulhosos dos seus atos que pensaram publicar os seus nomes na Imprensa da Manhã, como executores de Machado Santos. Não o chegaram a fazer devido ao rápido movimento de horror que percorreu toda a sociedade portuguesa face àquele massacre monstruoso. Mas quem os mandou matar?
O horror daqueles dias deu lugar a uma explicação imediata, simples e porventura correta: os assassínios de 19 de outubro tinham sido a explosão das paixões criadas e acumuladas pelo regime. Determinados homens mataram; a propaganda revolucionária impeliu-os e a explosão da revolução permitiu-lhes matar. No enterro de António Granjo, Cunha Leal proclamou essa verdade: «O sangue correu pela inconsciência da turba — a fera que todos nós, e eu, açulámos, que anda solta, matando porque é preciso matar. Todos nós temos a culpa! É esta maldita política que nos envergonha e me salpica de lama». No mesmo ato, afirmaria Jaime Cortesão: «Sim, diga-se a verdade toda. Os crimes, que se praticaram, não eram possíveis sem a dissolução moral a que chegou a sociedade portuguesa».
Com o tempo, os republicanos procuraram outras explicações. Não podiam aceitar a explicação simples que teria sido a sua ação, o radicalismo da sua política, a imundície que haviam lançado desde 1890 sobre toda a classe política, a sua retórica de panegírico aos atentados bombistas (desde que favoráveis), aos regicidas, a desencadear tanta monstruosidade. Significava acusarem-se a si próprios. Outras explicações foram aparecendo, sempre mais tortuosas, acerca dos eventuais culpados: conspiração monárquica; Cunha Leal (apesar de ter sido quase morto); Alfredo da Silva (apesar de, nessa noite, ter escapado à justa e tido que se refugiar em Espanha) uma conspiração monárquica e ibérica; a Maçonaria (a ação da Maçonaria sobre a Guarda, impelindo-a para a revolução, era constante, mas isso não significa que desse ordens para aqueles crimes)
Os assassinados na Noite Sangrenta não seriam, entre os republicanos, aqueles que mais hostilidade mereceriam dos monárquicos. Eram republicanos moderados. O furor dos assassinos liquidara homens tidos, na sua maior parte, como simpatizantes do sidonismo. Não se tratava de vingar outubro de 1910, mas sim dezembro de 1917. Carlos da Maia e Machado Santos foram ministros de Sidónio Pais. Botelho de Vasconcelos, coronel na Rotunda, às ordens de Sidónio Pais. Se as matanças de 19 de outubro de 1921 foram uma vingança terão de ser referenciadas à República Nova e não ao 5 de outubro. Aliás, num gesto significativo, os revolucionários libertaram o assassino de Sidónio Pais.
Há na Noite Sangrenta factos que se impõem de maneira evidente. A 20 de outubro, a Imprensa da Manhã reivindicou para si a glória de ter preparado o movimento, mas repudiou as suas trágicas consequências, especialmente a morte de Granjo. Ora anteriormente, dia após dia, aquele diário havia acusado e ameaçado Granjo, injuriando-o sistematicamente. Como podia agora lavar as mãos da sua morte? Aliás, a atitude dos assassinos foi concludente: depois de matarem Machado Santos, dirigiram-se na camioneta da morte à Imprensa da Manhã para lhe agradecerem o apoio e para aquela publicar os nomes dos que tinham fuzilado o Almirante. Um deles confessou mais tarde que Machado Santos havia sido localizado por informações de jornalistas da Imprensa da Manhã. Os assassinos procuravam a satisfação e a glória de uma obra realizada, no diário matutino onde se proclamara a necessidade dessa realização.
Os assassinos nunca esperaram ser castigados. Mesmo durante o julgamento sempre esperaram a absolvição. Quando foram condenados, entre gritos de vingança e de apoio à «República radical», alguns acusaram altos oficiais de não terem autoridade moral para os condenarem, pois estavam por detrás da carnificina. Os assassinos tinham, de certo modo, razão: eles tinham agido dentro da lógica que o republicanismo tinha instilado neles. Em todos os regimes que nascem e se sustentam no crime e no terror (por muito justa que a causa possa ser), há sempre o momento (ou os momentos) em que a revolução devora os próprios filhos.
Para terminar devo referir que nem Manuel Maria Coelho, nem nenhum dos «outubristas», conseguiu formar um governo estável. O horror fez todos os nomes sonantes recusarem fazer parte de um governo de assassinos. Menos de dois meses depois da revolução, António José de Almeida, em 16 de dezembro de 1921, entregou a chefia do ministério a Cunha Leal.
A GNR foi pouco a pouco desmantelada e reduzida a uma força de policiamento rural.
A república ficara ferida de morte.

  
NOTA: a república e os republicanos tentaram, durante anos, apagar ou disfarçar este triste episódio da História de Portugal (e continuam ainda - as referências ao mesmo vão sendo, sucessivamente, expurgadas, misteriosamente, dos livros e da Internet...); felizmente há quem não deixe esquecer este momento, que ilustra muito bem o que foi a bandalheira da I república e dos seus adeptos. Havendo ainda alguns que preservam e defendem a sua memória, há que recordar, na sua totalidade, este período trágico da nossa História que foi a vergonhosa I república em Portugal.

quarta-feira, agosto 23, 2023

Poema para recordar um erro judicial e as suas vítimas...


 

 

“They Are Dead Now”: Eulogy for Sacco and Vanzetti

 



This isn’t a poem

This is two men in grey prison clothes.

One man sits looking at the sick flesh of his hands—hands that haven’t worked for seven years.

Do you know how long a year is?

Do you know how many hours there are in a day

when a day is twenty-three hours on a cot in a cell,

in a cell in a row of cells in a tier of rows of cells

all empty with the choked emptiness of dreams?

Do you know the dreams of men in jail?

They are dead now

The black automatons have won.

They are burned up utterly

their flesh has passed into the air of Massachusetts their dreams have passed into the wind.

“They are dead now,” the Governor’s secretary nudges the Governor,

“They are dead now,” the Superior Court Judge nudges

the Supreme Court Judge,

“They are dead now” the College President nudges

the College President

A dry chuckling comes up from all the dead:

The white collar dead; the silkhatted dead;

the frockcoated dead

They hop in and out of automobiles

breathe deep in relief

as they walk up and down the Boston streets.

they are free of dreams now

free of greasy prison denim

their voices blow back in a thousand lingoes

singing one song

to burst the eardrums of Massachusetts

Make a poem of that if you dare!

 

 

John Dos Passos

segunda-feira, julho 17, 2023

A Guerra Civil Espanhola começou há 87 anos...

Morte de Soldado Republicano, de Robert Capa - a mais conhecida fotografia da Guerra Civil Espanhola
      
La Guerra Civil Española fue un conflicto social, político y militar - que más tarde repercutiría también en un conflicto económico - que se desencadenó en España tras el fracaso parcial del golpe de estado del 17 y 18 de julio de 1936 llevado a cabo por una parte del ejército contra el gobierno de la Segunda República Española, y que se daría por terminada el 1 de abril de 1939 con el último parte de guerra firmado por Francisco Franco, declarando su victoria y estableciéndose una dictadura que duraría hasta su muerte en 1975.
La guerra tuvo múltiples facetas, pues incluyó lucha de clases, guerra de religión, enfrentamiento de nacionalismos opuestos, lucha entre dictadura militar y democracia republicana, entre revolución y contrarrevolución, entre fascismo y comunismo.
A las partes del conflicto se las suele denominar bando republicano y bando sublevado:
     
         
Ambos bandos cometieron y se acusaron recíprocamente de la comisión de graves crímenes en el frente y en las retaguardias, como sacas de presos, desapariciones de personas o tribunales extrajudiciales. La dictadura de Franco investigó y condenó severamente los hechos delictivos en la zona republicana después de la guerra, en una Causa General con escasas garantías procesales. Por su parte, los delitos de los vencedores nunca fueron investigados ni enjuiciados, aunque algunos historiadores y juristas sostienen que hubo un genocidio en el que, además de subvertir el orden institucional, se habría intentado exterminar a la oposición política.
Las consecuencias de la Guerra civil han marcado en gran medida la historia posterior de España, por lo excepcionalmente dramáticas y duraderas: tanto las demográficas (aumento de la mortalidad y descenso de la natalidad que marcaron la pirámide de población durante generaciones) como las materiales (destrucción de las ciudades, la estructura económica, el patrimonio artístico), intelectuales (fin de la denominada Edad de Plata de las letras y ciencias españolas) y políticas (la represión en la retaguardia de ambas zonas - mantenida por los vencedores con mayor o menor intensidad durante todo el franquismo - y el exilio republicano), y que se perpetuaron mucho más allá de la prolongada posguerra, incluyendo la excepcionalidad geopolítica del mantenimiento del régimen de Franco hasta 1975.
     

sexta-feira, julho 14, 2023

Música adequada à data...

Léo Ferré morreu há trinta anos...

     
Léo Ferré (Mónaco, 24 de agosto de 1916 - Castellina in Chianti, Itália, 14 de julho de 1993) foi um poeta, anarquista e músico franco-monegasco. Enquanto músico foi autor, compositor e intérprete de um grande número de canções. Viveu no Mónaco, em Paris, no departamento de Lot e na Toscânia, onde terminou os seus dias.
    
Infância
Ferré era filho de Joseph Ferré, diretor de pessoal do casino de Monte Carlo e de Marie Scotto, costureira de origem italiana. Interessou-se muito cedo pela música. Com apenas sete anos integra o coro da catedral do Mónaco e aí aprende solfejo e harmonia. Descobre a polifonia entrando em contacto com as obras de Palestrina e de Tomás Luis de Victoria. Mais tarde descobre Beethoven, representando um concerto na ópera de Monte Carlo.
    
Caráter da sua obra
O elevado nível poético das letras das suas numerosas canções costuma refletir um inconformismo radical, de cunho anarquista, e a qualidade da música e da interpretação situam-no nos maiores vultos da moderna canção francesa. Autor de duas grandes séries de canções sobre textos de Baudelaire e Louis Aragon, utilizou também poemas de Ronsard, Apollinaire, Arthur Rimbaud entre outros.
    

 


Hoje é dia de ouvir música anarquista...

segunda-feira, julho 10, 2023

Camille Pissarro nasceu há 193 anos

Auto-retrato de Camille Pissarro
    
Jacob Abraham Camille Pissarro (Charlotte Amalie, na ilha de São Tomás nas Índias Ocidentais Dinamarquesas, hoje Ilhas Virgens Americanas, 10 de julho de 1830 - Paris, 13 de novembro de 1903) foi um pintor francês, co-fundador do impressionismo, e o único que participou nas oito exposições do grupo (1874-1886).
O seu pai, Abraham Frederic Gabriel Pissarro, era português criptojudeu de Bragança, que, no final do século XVIII, quando ainda pequeno, emigrara com a sua família para Bordéus, onde na altura existia uma comunidade significativa de judeus portugueses refugiados da Inquisição. A mãe dele era crioula e tinha o nome Rachel Manzano-Pomie.
Com 11 anos Camille Pissarro foi enviado a Paris, para estudar num colégio interno. Voltou para a ilha São Tomás, a fim de tomar conta do negócio da família. Algum tempo depois, a sua paixão pela pintura fê-lo mudar de vida: fez em 1852 amizade com o pintor dinamarquês, Fritz Melbye e a oportunidade de concretizar o seu sonho surgiu com um convite para acompanhar uma expedição do Fritz Melbye, enviado pelo governo das Antilhas Dinamarquesas, para estudar a fauna e a flora da Venezuela, onde passou dois anos.
Pissarro conquistou a sua liberdade aos 23 anos. Em 1855, ele já estava em Paris e, com ajuda de Melbye, tentando iniciar a sua carreira. O jovem antilhano fascinou-se com as telas de Camille Corot e travou amizade com Paul Cézanne, Claude Monet, Charles-François Daubigny, entre outros pintores impressionistas. Com Monet passou a sair para pintar ao ar livre, em Pontoise e Louvenciennes. Em 1861 casou com Julie Vellay, de quem teve oito filhos.
Faleceu a 13 de novembro de 1903. Encontra-se sepultado no Cemitério do Père-Lachaise, Paris na França.

 

Aldeia perto de Pontoise, Museu das Belas Artes - Basileia
      

domingo, junho 25, 2023

George Orwell nasceu há cento e vinte anos...


Eric Arthur Blair
(Motihari, 25 de junho de 1903  – Londres, 21 de janeiro de 1950), mais conhecido pelo pseudónimo George Orwell, foi um escritor e jornalista inglês. A sua obra é marcada por uma inteligência perspicaz e bem-humorada, uma consciência profunda das injustiças sociais, uma intensa oposição ao totalitarismo e uma paixão pela clareza da escrita. Apontado como simpatizante da proposta anarquista, o escritor faz uma defesa da auto-gestão ou autonomismo. A sua crença no socialismo democrático foi abalada pelo socialismo real, que ele denunciou em Animal Farm (O Triunfo dos Porcos).
Considerado talvez o melhor cronista da cultura inglesa do século XX, Orwell dedicou-se a escrever resenhas, ficção, artigos jornalísticos polémicos, crítica literária e poesia. Ele é mais conhecido pelo romance distópico Nineteen Eighty-Four - 1984 (1949) e pela novela satírica Animal Farm - O Triunfo dos Porcos (1945). Juntas, estas obras venderam mais cópias do que os dois livros mais vendidos de qualquer outro escritor do século XX. Um outro livro de sua autoria, Homage to Catalonia (1938) - um relato de sua experiência como combatente voluntário no lado republicano da Guerra Civil Espanhola - também é altamente aclamado, assim como seus ensaios sobre política, literatura, linguagem e cultura. Em 2008, o The Times classificou-o em segundo lugar em uma lista de "Os 50 maiores escritores britânicos desde 1945".
A influência de Orwell na cultura contemporânea, tanto popular quanto política, perdura até os dias de hoje. Vários neologismos criados por ele, assim como o termo orwelliano - palavra usada para definir qualquer prática social autoritária ou totalitária - já fazem parte do vernáculo popular.
    
    
in Wikipédia

sábado, junho 10, 2023

Gustave Courbet nasceu há 204 anos

Auto-retrato, Gustave Courbet
 
Gustave Courbet (Ornans, 10 de junho de 1819 - La Tour-de-Peilz, 31 de dezembro de 1877) foi um pintor anarquista francês pertencente à escola realista. Foi acima de tudo um pintor de paisagens campestres e marítimas onde o romantismo e idealização da altura são substituídos por uma representação da realidade fruto de observação direta. Esta busca da verdade é transposta para a tela em pinceladas espontâneas que não deixam de lado os aspetos menos estéticos do que é observado.
Courbet nasceu numa família de milionários na França. Depois de frequentar um colégio na mesma cidade, começou a ter aulas de pintura e iniciou seus estudos de direito em Paris. Finalmente decidiu estudar desenho e pintura por iniciativa própria, copiando os grandes mestres no Louvre, principalmente Hals e Velázquez. Suas primeiras obras foram uma série de auto-retratos. Em 1844 expôs pela primeira vez no Salão de Paris e dois anos mais tarde apresentou os quadros Enterro em Ornans e O Ateliê do Artista, que lhe custaram críticas severas e a recusa do Salão de Paris devido aos seus temas demasiadamente prosaicos. Courbet não se deu por vencido e construiu um pavilhão perto do Salão, onde expôs quarenta e quatro de suas obras, que chamou de realista, fundando assim esse movimento.
O público não viu com satisfação essa nova estética das classes trabalhadoras. Courbet, enquanto isso, se reunia para compartilhar opiniões com seus amigos, entre eles o pintor e notável teórico anarquista Proudhon, o escritor Baudelaire e o irónico caricaturista Daumier.
Já se discutiu muito sobre os motivos que teriam levado Courbet a escolher os trabalhadores como tema. De facto, os homens de seus quadros não expressam nenhuma emoção e mais parecem parte de uma paisagem do que seus personagens. Courbet se manteve, nesta etapa realista, muito longe do colorismo romântico, aproximando-se, em compensação, do realismo tenebroso espanhol do barroco, com uma profusão de pretos, ocres e castanhos, banhados por uma pátina cinza. Comprova-se isto no seu quadro mais importante, O Ateliê do Artista (1855), em que manifestou sua desaprovação em relação à sociedade.
Por volta de 1850, o realismo de Courbet foi se apagando e deu lugar a uma pintura de formas voluptuosas e conteúdo erótico, de figuras femininas no estilo de Ingres, mas mais descarnadas. A elas seguiu-se uma série de naturezas-mortas, quadros de caça e paisagens marinhas que confirmaram sua capacidade criativa e técnica impecável. Por volta de 1870, Courbet foi acusado de ter destruído uma coluna da praça Vendôme, o que levou o pintor a se mudar para Viena. Em Paris, as suas obras foram rejeitadas, e o ateliê do artista foi leiloado para pagar a restauração da coluna.

 O Ateliê do Artista (1855)
     
in Wikipédia

terça-feira, maio 30, 2023

Não te esquecemos, Salvador Puig Antich...

Salvador Puig Antich, o último homem executado no garrote vil em Espanha, nasceu há 75 anos...

(imagem daqui)
  
Salvador Puig Antich (Barcelona, 30 de mayo de 1948 - Barcelona, 2 de marzo de 1974) fue un anarquista español, activo durante la década de 1960 y comienzos de la de 1970, que murió ejecutado por el régimen franquista tras ser juzgado y condenado a muerte por un tribunal militar, acusado del asesinato en Barcelona del subinspector de la Brigada Político Social, Francisco Anguas Barragán durante un tiroteo que concluyó con la detención de Antich.
   
Familia
Hijo de una familia trabajadora, Salvador era el tercero de seis hermanos. Su padre, Joaquín Puig, había sido militante de Acció Catalana durante la República; exiliado en Francia en el campo de concentración de Argelès-sur-Mer, fue condenado a muerte cuando volvió a España e indultado en el último momento.
    
Juventud
El joven Salvador empezó a estudiar en el colegio religioso La Salle Bonanova hasta que fue expulsado por indisciplina. Después estudió en los Salesianos de Mataró en régimen de internado. A partir de los dieciséis años compaginó el trabajo en una oficina con los estudios nocturnos del Bachillerato en el Instituto Maragall, donde hizo amistad con Javier Garriga y los hermanos Solé Sugranyes (Oriol e Ignacio), todos ellos futuros compañeros del Movimiento Ibérico de Liberación (MIL).
    
Militancia
Los episodios del "mayo francés" de 1968 y la muerte del estudiante Enrique Ruano en la Dirección General de Seguridad en 1969 fueron decisivos para que Puig Antich decidiera implicarse activamente en la lucha contra la dictadura franquista. Su primera militancia sería en las plataformas de Comisiones Obreras, formando parte de la Comisión de Estudiantes del Instituto Maragall. Ideológicamente, pronto evolucionó hacia posiciones anarquistas, que rechazaban cualquier tipo de dirigismo y jerarquía dentro de las organizaciones políticas y sindicales en la lucha de la clase obrera hacia su emancipación. Tras iniciar estudios universitarios de Ciencias Económicas, hace el servicio militar en Ibiza, donde es destinado a la enfermería del cuartel. Una vez licenciado, se incorpora al Movimiento Ibérico de Liberación (MIL), integrándose en su rama armada, en lucha contra el capitalismo. Los MIL no se consideraron un grupo en la línea del FRAP o ETA. Nunca atentaron contra fuerzas de seguridad ni pusieron bombas.
Puig Antich y sus compañeros se movían con facilidad en el mundo de la lucha clandestina. Puig participa, haciendo de chófer, en las acciones del grupo, que consistían generalmente en atracos a bancos. Los botines se destinaban a financiar las publicaciones clandestinas del grupo. Crearon la revista "CIA" [Conspiración Internacional Anarquista] y la editorial "Mayo 37". También se ofrecieron para ayudar económicamente a huelguistas, pero a éstos les daba miedo recibir un dinero proveniente de los atracos. Viajaban a menudo al sur de Francia, donde se relacionaban con viejos militantes cenetistas.
El 2 de marzo de 1973 un contable de la sucursal del Banco Hispanoamericano de Barcelona resultó herido de gravedad durante un atraco perpetrado por Salvador Puig Antich, Jean Marc Rouillant, José Luis Pons Llobet y Jordi Solé Sugranyes. A partir de entonces la policía creó un grupo especial para desarticular esta banda. La nueva situación creó dudas y contradicciones en el seno del MIL. En agosto de 1973, en una reunión en Francia, la mayoría de sus miembros, descontentos con la trayectoria del grupo, decidieron su disolución. Sin embargo, Puig Antich, los hermanos Solé Sugranyes y José Luis Pons decidieron continuar.
El 15 de septiembre de 1973, en lo que fue el último atraco del MIL, en Bellver de Cerdaña la Guardia Civil detuvo a Oriol Solé y a José Luis Pons, mientras que Jordi Solé consiguió escapar a Francia. Unos días después la policía detuvo a la novia de Pons y a Santi Soler que, al ser interrogado, acabó confesando que tenía una cita el 25 de septiembre con Xavier Garriga en el bar El Funicular. Se preparó un operativo para ese día esperando detener a Garriga. Aunque no se esperaba la presencia de Puig Antich, finalmente los dos anarquistas son abordados. Garriga iba desarmado y no opuso resistencia. Puig se resistía al arresto, por lo que entre los inspectores Bocigas y Santorum y el subinspector Anguas trataron de reducirle con una zancadilla y mediante golpes en la cabeza con la culata de las pistolas. En ese momento le ocuparon una pistola Kommer, calibre 6,35 milímetros, cargada y sin montar. Sin embargo el forcejeo continuó y cinco policías introdujeron a Puig y a Garriga en un portal situado en el número 70 de la calle Girona. En ese momento se escuchó un disparo, que aprovechó Garriga para escapar, aunque fue perseguido por los policías Rodríguez y Algar y atrapado debido a la colaboración ciudadana. Mientras tanto se produjo un tiroteo en el portal donde habían quedado Puig Antich, Bocigas, Anguas y Fernández Santorum, resultando malherido Puig Antich y muerto el subinspector Francisco Anguas Barragán, de 23 años. Según uno de sus compañeros, Puig fue el que disparó contra los policías que le perseguían.
    
Proceso judicial y ejecución
Puig Antich fue encarcelado, acusado de ser el autor de los disparos que causaron la muerte a Anguas Barragán y, posteriormente, juzgado en consejo de guerra y condenado a la pena capital "por la muerte de un funcionario público por razones políticas". Partidos políticos, colectivos de derechos humanos y mandatarios extranjeros, como el Vaticano o el canciller alemán Willy Brandt pidieron su indulto. Los abogados, hermanas y novia de Puig Antich coinciden en afirmar que los partidos y sindicatos tradicionales de oposición no se movilizaron para pedir el perdón del sentenciado y así evitar su muerte o, al menos, buscar postergarla. Salvador pasó su última noche en la celda 443 de la cárcel Modelo de Barcelona, y fue ejecutado mediante garrote vil por el verdugo titular de la Audiencia de Madrid, Antonio López Sierra, en la sala de paquetería de la prisión el 2 de marzo de 1974 a las 9:20 horas de la mañana, certificando su muerte un capitán médico a las 09.40 horas. En muchos países de Europa se organizaron manifestaciones como protesta por la ejecución.
El mismo día, casi simultáneamente y por el mismo método fue ejecutado en Tarragona Georg Michael Welzel (alias Heinz Ches) en lo que se consideró un intento de las autoridades franquistas de distraer la atención respecto a la ejecución de Puig Antich. Puig Antich está enterrado en el Cementerio de Montjuïc.
  
Cine, literatura, teatro, pintura y música
En 1974 mientras Salvador esperaba su ejecución y el mundo se movilizaba para conseguir su indulto, Joan Miró pintó la serie La esperanza del condenado a muerte.
El grupo de teatro Els Joglars produjo en 1977 la obra La torna que trataba sobre la ejecución de Heinz Chez como distracción del caso Puig Antich. Por esa obra el grupo fue sometido a un Consejo de Guerra que generó un fuerte movimiento a favor de la libertad de expresión. Lluís Llach dedicó a su memoria el tema "I si canto trist", que daba título al disco publicado el mismo año 1974. Años más tarde el cantautor participó en la banda sonora de la película Salvador. El también cantautor Joan Isaac compuso en 1976 su tema "A Margalida" en homenaje a Puig Antich y a su compañera. En 2005 Loquillo hizo también una canción dedicada a su memoria en el disco "Mujeres en pie de guerra" llamada "El año que mataron a Salvador".
En 1985, se publicó el primer libro de investigación sobre el tema. "La torna de la torna. Salvador Puig Antich i el MIL", Editorial Empúries, obra del colectivo Carlota Tolosa, integrado por Ramon Barnils, Elisabet Bonshoms, Montse Majench, Xavier Montanyà, Margarida Palomar, Carles Ruiz, Elisabet Sabartés, Rosa Serra, Carles Serrat i Dolors Tubau.
En 2001, el periodista catalán Francesc Escribano escribió el libro Cuenta atrás. La historia de Salvador Puig Antich, en el que cuenta los hechos que llevaron a la ejecución de Puig Antich. En septiembre de 2006, con guion basado en el libro de Escribano, se estrenó la película española Salvador, protagonizada por Daniel Brühl y dirigida por Manuel Huerga. Tanto el libro como la película han recibido fuertes críticas por parte de antiguos militantes del MIL, compañeros de militancia de Salvador, que afirman que ambos vacían de contenido político el personaje de Puig Antich, al tiempo que dignifican falsamente las imágenes de su carcelero, Jesús Irurre, del juez militar que lo condenó y de los miembros de la Brigada Político-Social de la policía franquista.